²² Esta justicia de Dios por medio de la fe^(A) en Jesucristo es para todos los que creen^(B). Porque no hay distinción^(C),

²⁸ No hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay hombre ni^[a] mujer^(A), porque todos son uno^(B) en Cristo Jesús^(C).

¹³ Pero ahora en Cristo Jesús^(A), ustedes, que en otro tiempo^(B) estaban lejos, han sido acercados^(C) por^[a] la sangre de Cristo^(D).

¹⁴ Porque Él mismo es nuestra paz^(E), y de ambos pueblos hizo uno^(F), derribando la pared intermedia de separación, ¹⁵ poniendo fin a la enemistad en Su carne^(G), la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas^(H), para crear en Él mismo de los dos un nuevo hombre^(I), estableciendo así la paz^(J), ¹⁶ y para reconciliar con Dios^(K) a los dos en un cuerpo^(L) por medio de la cruz, habiendo dado muerte en ella a la enemistad^(M). ¹⁷ Y vino y anunció^(N) paz^(O) a ustedes que estaban lejos, y paz a los que estaban cerca^(P). ¹⁸ Porque por medio de Cristo los unos y los otros^[b] tenemos nuestra entrada^(Q) al Padre^(R) en un mismo Espíritu^(S).

¹¹ En esta renovación no hay distinción entre griego y judío^(A), circunciso e incircunciso^[a](B), bárbaro^[b](C), escita^[c], esclavo o libre^(D), sino que Cristo^[d] es todo, y en todos^(E).