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32 pues cuando los capitanes de los carros vieron que no era el rey de Israel, dejaron de atacarlo. 33 Pero uno de ellos disparó una flecha al azar y logró herir de muerte al rey de Israel, pues le dio entre las junturas de su armadura. Entonces el rey le ordenó al cochero:

«Da vuelta al carro y sácame del campo, que estoy mal herido.»

34 Pero la batalla arreció ese día, así que el rey de Israel tuvo que mantenerse en pie en el carro, frente a los sirios, hasta la tarde; y murió al ponerse el sol.

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